En la ladera del monte Pichincha en donde tuvo lugar el combate, se
levantó en 1922 un obelisco conmemorativo del primer centenario de la
Batalla. El Templo de la Patria, visible desde varias partes de la ciudad de
Quito, está decorado en el exterior con una torre y con un mural en
mosaico de Eduardo Kingman.
El Templo tiene varios salones en los que se pueden apreciar algunas
armas antiguas, que, si bien no son en su mayoría de 1822, son de
mediados y finales del siglo XIX. Otro salón muestra los trajes de época
de todas las guardias presidenciales y de honor de Sudamérica, y un
diorama que permite seguir las incidencias de la Batalla del Pichincha,que evoca los distintos episodios de la
lucha por la independencia del Ecuador.
En sendos salones se encuentran estatuas en bronce del Libertador Simón
Bolívar y del Mariscal Antonio José de Sucre, así como un homenaje
simbólico a la heroína ecuatoriana Manuela Sáenz, amante de Bolívar que,
aunque no participó en el combate, está enterrada simbólicamente en el
lugar. Otra sala contiene los restos de un soldado desconocido.
En el Centro Histórico, se levanta el Monumento a los Héroes Ignotos del Pichincha, una columna con un cóndor de bronce, en el paseo "24 de Mayo" construido también al pie de la montaña con ocasión del primer centenario del combate.
En los años 70 del siglo XX, la dictadura militar que gobernaba Ecuador decidió construir en el lugar un monumento de mayores proporciones que el modesto obelisco original.En este lugar, el 24 de mayo de 1822, los combatientes de la nación quiteña y los hermanos de América, comandados por el Mariscal Antonio José de Sucre, lucharon contra la dominación extranjera.
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